MARCO HISTORICO
Amaya Amador ensaya por
primera vez la modalidad histórica de la novela. Su lectura tiene la virtud de
trasladarnos a un hecho trágico de la historia centroamericana: la caída de la
revolución morazanista y el retorno de la 'reacción inquisitorial' a nuestros
países, cuyas sombras espesas aún hacen sentir sus efectos paralizantes.
Los Brujos de
Ilamatepeque (1958), narra el trágico
sino de los dos ex soldados de Morazán que sucumben ante la ignorancia y la reacción
oligárquica del pueblo en que viven; el sometimiento forzado, la
inutilidad en definitiva del gesto liberador (intento de alfabetización popular
emprendido por los Cano), el planteamiento y el mensaje político- social, están
plasmados rotundamente en la obra del malogrado autor de Prisión Verde. Como es
lógico, el contexto de Amaya Amador, por pertenecer a ella, no supera el habitual
maniqueísmo de la Novela latinoamericana tradicional; aquí no hay alternativas;
el lector sabe, a través de la narración pasiva y lineal, que los
hermanos Cano no poseen otra sobrenaturalidad que la imaginada por las mentes
calenturientas de sus verdugos; que la verdadera causa de su muerte la
constituyen sus afanes por destruir la opresión y, en gran parte, su afortunada
capacidad
para el amor, que la envidia e intransigencia circundantes ven como producto de
aquelarres y pactos demoniacos; relatos de buenos y malos, valido sobre todo por su
contenido denunciante que, en el caso de Amaya Amador es, según Longino Becerra, no
una forma cualquiera de militancia revolucionaria, “sino la más
apasionada e importante.
El ambiente de este cuento es
rico-pobre; Cipriano y Doroteo Cano, junto a toda la población de Ilamatepeque
representan la gente pobre, y Gervasio Lázaro, Antonio Trochez, Juan Anteportam,
y la gente que está a cargo de manejar el pueblo, representan el sector rico.
Se podría decir que también el ambiente es favorable-hostil porque para los que
están a cargo, como el alcalde y su gente, todo lo que pasa políticamente en el
país les favorece a ellos, y es hostil para la gente pobre, aunque no sean lo
suficientemente capaces de reconocerlo como lo hacen los Cano.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario